Música: M. García García-Perez/Q. Portet
Letra: M. García García-Perez
Dame tu caramelo, amor,
dame el almíbar,
que tiene todo ese sabor
que tú transpiras.
Retama, espliego con tu olor,
me dan la vida;
si tú me dejas, moriré
de dulce herida.
Tres veces yo te traicioné,
fue por orgullo,
despecho la primera fue,
la última un gusto.
Que, aunque otras bocas bese, mi niña,
y otros cuerpos abrace en mi vida,
sé que nunca será lo mismo.
Dicen que el que canta su mal espanta.
Vaya, "my darling", te marchaste
y me dejaste como merluza sin espinas.
Antes de conocerte a tí
yo era un chiquillo;
fue conocerte, corazón,
y ver el brillo
del verdadero vacilón
que da una hembra.
No son sólo palabras para cantarlas,
y es un hecho bien cierto que a veces pasa,
desde que me dejaste soy un muñeco,
escombro, ruina, sombra,
un trapo viejo.
Que aunque otras bocas bese, "my darling",
y otros cuerpos abrace en mi vida,
sé que nunca será lo mismo.
Dicen que el que canta su mal espanta.
Dame botella colocón,
mi compañera,
empino el codo con fruición,
nadie me espera.
Subo la cuesta de mi "street"
hacia mi casa;
nadie me espera en el hogar,
la vida es bella.
Dame tu caramelo, amor,
dame el almíbar,
que tiene todo ese sabor
que tú destilas.
Retama, espliego con tu olor.
me dan la vida;
si tú me dejas moriré
de grave herida. |